La lectura puede convertirse en todo un ritual de descanso y de desconexión para la mente. Acabar el día con una novela entre las manos y adentrándote en los mundos imaginarios de, por ejemplo, una escritora de ficción, puede convertirse en uno de tus momentos favoritos, por ello, te traemos algunas buenas opciones para hacerlo.
Tanto si ya tienes el hábito de leer, como si es una afición que te gustaría introducir en tu día a día, aquí te dejamos seis libros que se convertirán en muy buenos acompañantes para esos momentos de autocuidado.

Tú, yo y las alas de un boomerang

Tú, yo y las alas de un boomerang es una novela romántica que habla sobre la vuelta de un primer amor, del carpe diem y del destino, inesperado, auténtico y real como la vida misma.
Nací

En la lista de deseos de George Perec había una borrachera con Vladimir Nabokov. También quería recorrer las salas del Museo del Prado antes de que llegara la muerte. Pero ella, en forma de cáncer de pulmón, fue más rápida. En 112 páginas, los recuerdos de la infancia del escritor francés se mezclan, refrescantes y lúdicos, con reflexiones sobre la memoria.
Leonís

Inés de Padilla conoció a Goya en la quinta del Capricho. Aún no había paseado el zaragozano sus pinceles por la corte. Ella sí lo había hecho por Tordesillas. Acompañaba a Juana I de Castilla. Y un poco más tarde por Madrid en su Hispano- Suiza H6B. En más de 850 páginas, su biografía y la historia se trenzan a través de los siglos en una de las novelas españolas más ambiciosas de los últimos años.
Mi dueño y mi señor

Él no tiene nada que ver con esto. Aunque algo sí que ha visto. Sabe que Vasco compró una porra retráctil. Tenía motivos. El marido de Tina, su amante, andaba tras él. Había jurado que le reventaría la cabeza con un bate. Ahora, frente al juez, debe ayudar a resolver lo que pasó aquel día. Todo se explica, le ha asegurado Vasco, con unos poemas de Verlaine.
Estás muy callada hoy

“A los setenta y pico podés elegir entre ser un anciano sabio o un viejo de mierda”. Ella no tiene claro su destino. Su padre, no obstante, está ya instalado en el segundo. La madre de Ana ha muerto y el viudo, entre nietos y cinco hijos, solo refunfuña. Ella ha tomado su sitio en la mesa. No le impone sustituirla. Que no le hubiera regalado, de pequeña, unas sandalias de cuero dignas de monje franciscano.
Persecución y asesinato del rey de los ratones representada por el rey de las cloacas bajo la dirección de un escritor fracasado

Este Scrooge sí tiene familia. También tiene una empresa. Es el CEO de una compañía multinacional y miembro del club Bilderberg. Dona dinero por Navidad como el resto de CEO. Pero su vida está narrada por un escritor al que no se toman en serio ni en su casa.