Rafael Santandreu es uno de los psicólogos más reputados en la actualidad. Dirige el Centro de Terapia Breve y es autor de libros de éxito como Nada es tan terrible, Ser feliz en Alaska y El arte de no amargarse la vida, todos ellos de la editorial Grijalbo.
Santandreu, que es un hombre vitalista, lo tiene claro, por eso cuando se le pregunta cuáles son los principios básicos para poder celebrar la vida, contesta así: «Sobre todo, combatir la "necesitis", la precursora de la ansiedad y la depresión.
La "necesitis" nos hace creer que necesitamos mucho para estar bien: estar delgados, tener pareja, muchos amigos, tener un buen empleo y ¡mil cosas más! Sin embargo, las personas fuertes y felices necesitan muy poco para estar bien. Tan solo el agua y la comida del día», responde.

Entonces, para disfrutar de la vida, ¿debemos aprender a renunciar? «Hay que saber renunciar a todo, cuando la vida te haga renunciar, pero con alegría. Dándote cuenta de que nunca necesitaste todo eso para estar bien. Por ejemplo, si te deja tu esposo, en cuanto puedas, date cuenta de que cualquier ser humano puede ser feliz aunque no tenga pareja», explica el psicólogo.
Saber renunciar es una tarea complicada, la realidad es que estamos poco preparados para tolerar los episodios menos buenos. No sabemos disfrutar de la vida si todo no marcha a la perfección.
¿Por qué nos cuesta tanto aceptar las emociones negativas? «Porque las calificamos de absolutamente negativas, y eso es un error. Las emociones negativas también pueden ser muy beneficiosas porque nos abren a los demás, a la solidaridad; aclaran nuestro sistema de valores. Si aprendemos a utilizarlas para el bien, nos dejan de dar miedo y son mucho más fáciles de tolerar. Finalmente las domesticamos hasta convertirse en emociones muy pequeñas y tolerables», detalla el experto.