¿Alguna vez te has sentido por la sensación de un miedo angustioso e irracional, con efectos físicos, como sudor en las manos, una falta de aire que te paraliza o un ritmo cardíaco acelerado? Es muy probable que hayas sido o seas una víctima de un ataque de pánico.

Los síntomas de los que hablamos son parte de una crisis que, si se produce con regularidad, podría ser síntoma de un trastorno de pánico. Este tipo de patologías "afectan al 88% de las mujeres y el 45% de los hombres, si se tiene en cuenta de forma conjunta con los signos y síntomas relacionados con la ansiedad", según informa el propio Ministerio de Sanidad de España.
Un nuevo estudio, publicado el 4 de enero de 2024 en la revista científica Nature Neuroscience, analizó los orígenes y el circuito cerebral responsable de estos ataques de pánico. Según los investigadores, una parte del cerebro es la conductora de estas crisis.
El centro de alarma del cerebro es el implicado en las convulsiones
En primer lugar, "el trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad caracterizado por la repetición de ataques de pánico y por el miedo a que ocurran", afirman los expertos. Y los ataques de pánico, también llamados crisis de ansiedad aguda, se definen por "la aparición repentina de miedo, ansiedad o aprensión intensa, miedo o terror; un sentimiento de catástrofe inminente, a menudo asociado con el miedo".
Pero los científicos han encontrado el origen de estas crisis. “Pensábamos que la amígdala, conocida como el centro del miedo en el cerebro, era la principal responsable, pero incluso las personas con la amígdala dañada pueden experimentar ataques de pánico, por lo que sabíamos que teníamos que buscar en otra parte. Ahora hemos descubierto un circuito cerebral específico”, comienza el autor Sung Han en el comunicado de prensa.
Y al estudiar el cerebro de los roedores, los investigadores descubrieron que era el núcleo parabraquial lateral, "conocido como el centro de alarma del cerebro", el conductor de los ataques de pánico. De hecho, el equipo de científicos reveló que “esta zona del cerebro produce un neuropéptido, el PACAP (polipéptido activador de la adenilato ciclasa hipofisaria), conocido como el principal regulador de las respuestas al estrés”, añade el propio estudio.
Ataques de pánico: la esperanza de un posible tratamiento

Pero ese no es el único descubrimiento: el objetivo del estudio era encontrar una posible cura para los ataques de pánico. Y lo hicieron: “el equipo también descubrió que al inhibir la señalización de PACAP, podían interrumpir el flujo de los neuropéptidos PACAP y reducir los síntomas de pánico, un hallazgo prometedor para el futuro desarrollo de tratamientos específicos para el trastorno de pánico”, continúa el comunicado de prensa.
Pero para crear un tratamiento verdaderamente eficaz contra estos ataques, los investigadores también han destacado la necesidad de diferenciar el pánico de la ansiedad. Si bien el trastorno de pánico es parte de la familia de los trastornos de ansiedad, son diferentes en muchos aspectos. Síntomas físicos, ataques incontrolables y espontáneos: el trastorno de pánico, a diferencia de otros trastornos de ansiedad, tiene sus propias señales cerebrales y desencadenantes.
Y es entendiendo las diferencias entre este pánico y la ansiedad que podrán continuar las investigaciones sobre posibles tratamientos.
"Dado que la ansiedad parece funcionar a la inversa del circuito cerebral del pánico, sería interesante examinar la interacción entre ansiedad y pánico , ya que ahora necesitamos explicar cómo las personas con trastornos de ansiedad tienen más probabilidades de sufrir ataques de pánico", concluye Sung Han.
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire Francia. Traducción y adaptación: Paula Manso.