Un 83 % de los españoles cree que tener una buena apariencia influye positivamente en el bienestar emocional, según la encuesta Consumer Beauty Insights, de Allergan Aesthetics, an AbbVie company. "Si nuestro estado de ánimo puede cambiar nuestro aspecto físico, también puede ocurrir a la inversa: nuestro aspecto físico puede cambiar nuestro estado de ánimo", señala Nashma Brou, psicóloga especializada en felicidad, amor y neurociencia.
Cuidar nuestro aspecto no es algo superficial. "Sentirnos bien con nuestra imagen es tan importante como otros aspectos de nuestro bienestar emocional. Varios estudios confirman que el uso de maquillaje puede aumentar la confianza, así que puede incluso ser terapéutico. Al maquillarnos, liberamos dos de las hormonas relacionadas con el bienestar y la felicidad: la dopamina y la oxitocina", añade.
El autocuidado, una necesidad
"Cuidarnos con buenos hábitos de alimentación y sueño, además de realizar ejercicio físico con regularidad, libera endorfinas y serotonina, hormonas y neurotransmisores relacionados con la felicidad, y aumenta la dopamina, relacionada con la motivación y la acción. De forma paralela, desciende el cortisol, hormona relacionada con el estrés, sobre todo si realizamos actividades al aire libre y en contacto con la naturaleza", explica Laura Palomares, psicóloga al frente del centro Avance Psicólogos.
¿Has oído hablar de la psicodermatología? Esta disciplina médica, cada vez más extendida, se aproxima al tratamiento de la piel desde un ámbito psicológico. Y es que cómo nos vemos frente al espejo tiene consecuencias en nuestra salud mental.

"Durante la pandemia, se llevó a cabo un estudio [Selfcosmetic care during the COVID-19 pandemic and its psychological impacts, realizado por S. Marahatta, A. Singh y P. Pyakurel] entre mujeres estudiantes de medicina en las que se vio que no cuidaron su rutina cosmética como solían hacerlo antes del confinamiento, percibiéndose un impacto psicológico negativo significativo debido a este cambio", señala Mar Sieira, farmacéutica y creadora dela firma Sarah Becquer.
Pero la imagen que proyectamos también puede empeorar nuestro bienestar. "Condiciones comunes como melasma y acné pueden crear ansiedad y tristeza", añade Pedro Catalá, doctor en Farmacia, cosmetólogo y fundador de Twelve Beauty. "El impacto de la medicina y cirugía estética también está estudiado y demostrado. Su objetivo es mejorar la apariencia y, con ello, la autoestima y confianza en sí mismo", añade Javier Pérez Diez, médico estético de Clínica Premium Marbella.

Por suerte, los tiempos han cambiado. "Nos estamos alejando de aquellos enfoques obsoletos en los que tratábamos una arruga o un surco. La medicina estética actual aboga por mejorar de forma global nuestras expresiones, mejorando atributos emocionales como el aspecto de cansada o de tristeza. También podemos embellecer el rostro, consiguiendo resultados equilibrados.
Así, al mirarnos en el espejo, nuestro cerebro responde, mejorando nuestro bienestar emocional y, por tanto, nuestra autoestima y felicidad", concluye Iratxe Díaz, propietaria y directora médica de las clínicas ID Medicina Estética.