"Es mala hasta decir basta, si no fuera por lo guapos que son los protagonistas, poca gente hubiera aguantado delante de este bodrio", se puede leer en una de las críticas de Sensacine y siendo sincera, tiene toda la razón.

Tenía las expectativas muy altas en un film que prometía grandes dosis de acción y romance. Pero, lo cierto es que Un ladrón romántico te obliga a apartar la vista de la pantalla casi desde el inicio de la trama.
Al principio me pareció una idea novedosa y muy interesante por parte de las ficciones otomanas turcas, que comienzan poco a poco a alejarse de los dramones románticos para meter intriga y ciencia ficción en sus historias. Pero, a pesar de su gran elenco, compuesto por Esra Bilgiç (Ramo), Birkan Sokullu (Inocentes) y Ushan Çakir (Kurt Seyit be Sura), la película no consigue enganchar a la audiencia y se queda medias entre el género del romance y el de suspense.
Un argumento prometedor
Antes de verla, la trama me resultó entretenida, puesto que gira en torno a una agente de policía que, sin saberlo, persigue a su exnovio, un famoso ladrón de cuadros. Para los amantes de las series turcas, esta película parecía todo un acierto. Sin embargo, según avanzan los minutos nos encontramos en el sofá de nuestra casa con muchos más bostezos que alegrías.
La ficción, que llegó a la plataforma de streaming el pasado 14 de marzo, ha sido escrita por Pelin Karamehmetoğlu y dirigida por Recai Karagöz. Se centra en el día a día de una reputada agente de la unidad del crimen del arte de la Interpol que persigue a un ladrón que lleva meses robando diversos cuadros alrededor del mundo y en lugares donde parecía imposible que alguien pudiera alzarse con el botín.
Vi ayer #UnLadronRomantico y la verdad es que no me pareció nada del otro mundo. pic.twitter.com/0A7cxmxVzB
— ...Bek... (@_kelebekus_) March 25, 2024
A simple vista, el film no destaca precisamente por su originalidad. Pero el gran giro llega cuando descubrimos que, sin saberlo, la protagonista está tratando de capturar al hombre que le arruinó la vida en el pasado. Y es que resulta que el delincuente es el multimillonario con el que se iba a casar antes de que desapareciera sin dar ningún tipo de explicación.
Promesas que se quedaron en el aire
Efectivamente, la película prometía mucho, pero del dicho al hecho hay un trecho y en los primeros minutos de metraje ya empiezas a notar que algo va mal. Se salva la interpretación de sus protagonistas y los increíbles escenarios en Estambul y Praga. Pero nada más, el resto es ruido blanco.

Lo que empecé a ver pensando que sería la combinación perfecta entre éxitos como Love is in the air o La hija del embajador, acabó convirtiéndose en un montón de conversaciones soporíferas, un amor surrealista y una persecución que más que intriga, provoca risa.
Quizás mis expectativas eran demasiado altas, quizás estoy demasiado acostumbrada a las grandes producciones de Hollywood... el caso es que Un ladrón romántico ha conseguido su objetivo: robarme 90 minutos de mi valioso tiempo.
Es curioso como el film llegó a liderar las primeras posiciones del ranking durante un mes, siendo solo superada por Un deseo irlandés de Lindsay Lohan (de esta también podríamos decir muchas cosas y casi ninguna buena) y la nueva apuesta de Millie Bobbie Brown, Damsel.
No todo es malo, también hay que decir que no es una película para tomársela realmente en serio. Al final, según avanza, vamos comprobando cómo se trata de una comedia romántica creada con el único propósito de entretener un rato a la audiencia. De hecho en algunos momentos es tan absurda, que roza la parodia.
No lo dudes, si buscas una película con un buen guion, química entre sus actores y escenas cuidadas hasta el más pequeño de los detalles, esta no es. Si lo que quieres es pasar 90 minutos viendo a gente utilizar la ironía sin sentido ninguno, puede que te sirva.