El nombre de Birgitta de Suecia marca hoy la actualidad del panorama social internacional, ya que se ha hecho pública su reciente muerte. Ayer, 4 de diciembre de 2024, la hermana del rey Carlos XVI Gustav falleció a los 87 años en Mallorca, donde residía desde hace tiempo. La noticia fue confirmada a las pocas horas por la Casa Real Sueca, destacando que su muerte ocurrió de manera tranquila. Desconocida para muchas en nuestro país, Birgitta fue una figura destacada en la familia real, conocida por su implicación en diversas actividades benéficas, su amor por el golf y su vida lejos de la corte sueca (un tema polémico en el que profundizaremos más adelante). Su triste adiós supone el fin de una era para la monarquía sueca, ya que Birgitta era una de las últimas figuras de la generación más cercana al actual rey, Carlos XVI Gustavo de Suecia.
Birgitta de Suecia: Una princesa que definió sus propias reglas
Nacida en 1943, Birgitta era la hija mayor de los duques de Västerbotten, un linaje con una historia muy vinculada a la familia real sueca. A lo largo de su vida, no se conformó con los roles tradicionales asignados a las mujeres de la realeza. A los 24 años, se mudó al extranjero, dando paso de una vida llena de independencia y numerosas polémicas. La isla de Mallorca se convirtió en su refugio durante muchas temporadas y su pasión por el golf fue uno de sus signos de identidad. De hecho, fue una de las impulsoras del Torneo de Golf Princesa Birgitta en Santa Ponça, Mallorca, que celebra desde hace más de tres décadas. Además, fue miembro honorario de la Real Asociación Sueca de Golf.

Su matrimonio y rol en la Familia Real
En 1961, Birgitta se casó con el príncipe Juan Jorge de Hohenzollern, con quien comparte tres hijos, Carlos Cristián de Hohenzollern-Sigmaringen, nacido el 5 de abril de 1962, Deseada Margarita de Hohenzollern-Sigmaringen, nacida el 27 de noviembre de 1963 y Huberto Gustavo de Hohenzollern-Sigmaringen, nacido el 10 de junio de 1966.
Aunque la pareja se separó en 1990, nunca llegaron a divorciarse de forma oficial, lo que le permitió mantener su título de Alteza Real, un privilegio que sus hermanas no conservaron tras sus matrimonios. A diferencia de sus otras tres hermanas, la Princesa Margarita, la Princesa Desiré y la Princesa Cristina, que contrajeron matrimonio fuera de los estrictos cánones dinásticos, Birgitta fue la única que se casó con un príncipe, lo que le permitió seguir siendo parte activa de la familia real sueca. Por supuesto, su separación de Juan Jorge de Hohenzollern no estuvo extensa de polémica y comentarios suculentos.

Su relación con la Familia Real
A pesar de su peculiar estilo de vida, Birgitta siempre mantuvo una relación cercana con su hermano, el rey Carlos XVI Gustavo. Sin embargo, su forma de comprender la vida no fue siempre bien vista. En especial, por parte de la sociedad más tradicional. Por ejemplo, en 2016, la princesa fue duramente criticada por asistir a un torneo de golf en lugar de estar presente en un evento familiar.

Pese a estar alejada de la imagen pública "perfecta" que se esperaba de ella, participó en muchas actividades relacionadas con el bienestar social y fue una de las defensoras del Comité Internacional de la Cruz Roja en Suecia, haciendo hincapié en su contribución a ayudar a quienes más lo necesitaban. Birgitta no se dejó atrapar por las rígidas expectativas monárquicas y su vida es un ejemplo de cómo dar un giro de 180 grados a las reglas impuestas. Los restos mortales de Birgitta de Suecia reposarán en el cementerio real del parque Hagaparken, situado al norte de Estocolmo