No te lo imaginas, pero puedes usar el ácido hialurónico (y todos los demás ácidos) también en el pelo

Ácidos empleados en cosmética desde siempre encuentran nuevas virtudes en el cabello y el cuero cabelludo.
Cuidado del cabello - Imagen: Blanca Campos

El papel de los diferentes ácidos sobre la piel es de sobra conocido y cuenta con estudios contrastados. Si hablamos del más utilizado, el ácido hialurónico, no se puede dejar de lado su poder hidratante, ya que es capaz de captar hasta mil veces su peso en agua, y también a la hora de difuminar las líneas de expresión gracias a ese efecto de relleno.

Cuando nos referimos a otros ácidos, como puedan ser los alfa hidroxiácidos (AHAs), sabemos que estamos aludiendo a otros de tipo exfoliante ideados para mejorar la apariencia de la piel, cada uno de manera diferente. Son moléculas hidrosolubles derivadas de la caña de azúcar, en el caso del glicólico, o de otras frutas: el cítrico de naranjas o limones, el láctico obtenido por fermentación bacteriana de la glucosa, el málico de las manzanas o el azelaico, del trigo o el centeno.

Hay otro tipo de ácidos llamados beta hidroxiácidos (BHAs), solubles en aceite y encargados de promover el crecimiento de nuevas células cutáneas mediante la exfoliación de la capa superficial. En la piel se utilizan para aliviar la sensibilidad, eliminar la obstrucción de los poros y reducir inflamaciones por acné o enrojecimiento por rosácea, por eso son ideales como antiinflamatorios para pieles grasas. El más conocido es el salicílico. A nivel cutáneo, por tanto, el recorrido es largo y en función de la necesidad de cada piel entra en acción un tipo de ácido concreto.

De raíz a puntas

Cuidado del cabello - Imagen: Blanca Campos
Cuidado del cabello - Imagen: Blanca Campos

Sin embargo, recientemente, la ciencia ha otorgado un nuevo reconocimiento a los ácidos: su capacidad para mejorar el estado del cuero cabelludo y de la fibra capilar.

Como explica la Dra. Gloria Garnacho, dermatóloga y coordinadora del grupo de tricología de la Academia Española de Dermatología, "los AHAs funcionan principalmente rompiendo los enlaces entre las células del estrato córneo, la capa más externa de la piel. El cuero cabelludo es parte de la piel, de manera que al romper dichos enlaces consiguen dos cosas, fundamentalmente: eliminar las células más antiguas, estimulando la aparición de nuevas, y favorecer la entrada de productos que se aplican de forma tópica. En el cuero cabelludo con más producción de sebo, ayudan a controlarlo y a que se elimine de forma adecuada; también nos ayudan a eliminar residuos, y están entre los ingredientes habituales en los productos quelantes", confirma, entendiendo por quelantes los que se usan para atrapar metales pesados y otras impurezas del agua y las fórmulas cosméticas, lo cual mejora la eficacia del producto.

Pero no solo el cuero cabelludo se beneficia de la acción de los ácidos cosméticos: también el tallo piloso, añade la dermatóloga, y lo confirma la estilista capilar Noelia Jiménez: "La característica común es su capacidad para mejorar la textura e hidratación en el pelo, mientras que en el cuero cabelludo contribuyen a mantener un ambiente limpio y libre de acumulaciones". Aún así, no sirven para todo el mundo: tienen que tener cuidado los cueros cabelludos más sensibles o con una vascularización más alta.

Cada uno a lo suyo

Noelia Jiménez diferencia los beneficios de cada ácido en material capilar. "El glicólico exfolia la piel del cuero cabelludo, ayuda a desobstruir los poros y favorece la renovación celular; se utiliza en champús y tratamientos para dicho cuero cabelludo". En cambio, el salicílico, añade, "penetra en los poros y es ideal para tratar problemas como la caspa y la dermatitis seborreica". También lo encontramos en champús y en tratamientos para el cuero cabelludo. "El ácido láctico es otro que aporta beneficios en la melena, básicamente de exfoliación e hidratación".

Cuidado del cabello - Imagen: Blanca Campos
Cuidado del cabello - Imagen: Blanca Campos

Por su parte, el ácido hialurónico tiene en el cabello una función similar a la de la piel: hidrata la de la cabeza y la fibra, y además de ser el más popular de los ácidos en cosmética capilar (champús, mascarillas, sérums y acondicionadores), es la base de tratamientos de larga duración aplicados en salones de peluquería para humectar, eliminar el frizz, fortalecer la fibra, prolongar el color en el caso de tintes, refrescar los rizos y ayudar a mantener el cuero cabelludo con un pH equilibrado y sin descamación. Un tip que proporciona el gurú del cabello Rossano Ferretti: aplicarlo sobre la melena húmeda o mojada, y emparejarlo con aceite de jojoba o argán si el pelo es seco, o con colágeno y proteínas (como la queratina) en caso de pelo débil.

Recientemente, cuenta Noelia Jiménez, también se han incorporado de manera profesional procedimientos con ácido salicílico para limpiar en profundidad el cuero cabelludo e alfa hidroxiácidos como el láctico o el cítrico para revitalizar la melena. En los salones Frank Provost han ideado una mascarilla a base de glicólico pensando en las melenas que han perdido su brillo natural con el tiempo, los tintes o las decoloraciones.

Como explica el equipo de la marca sobre estos procesos, tras cualquiera de ellos "al pelo le hacen falta cuidados extra porque los químicos de los productos capilares a veces juegan una mala pasada. También afectan las rutinas de planchado u ondulado mediante calor (con los que conseguimos una apariencia de salud inmediata a cambio de sequedad o puntas abiertas a largo plazo. También puede conllevar sequedad, pérdida de volumen o caída capilar, y todo ello va asociado a esa pérdida de brillo". Para evitarlo, dicen, no solo hay que acudir de manera puntual a la peluquería, sino continuar con tratamientos de hidratación y protección en casa, como aquellos que contienen ácido glicólico.

Exfoliar, ¿si o no?

Cuidado del cabello - Imagen: Blanca Campos
Cuidado del cabello - Imagen: Blanca Campos

La oferta cosmética es cada vez más amplia en todos los ámbitos, y en el del cabello, en los últimos años han proliferado los exfoliantes específicos. ¿Necesidad o marketing? Noelia Jiménez se muestra contundente: "¿Acaso alguien duda de los beneficios de la exfoliación facial o corporal? El cuero cabelludo es piel, y este paso ayuda a eliminar la acumulación de productos, células muertas y exceso de grasa, cuyos restos son más fáciles de acumular que en otras partes de nuestro cuerpo por la naturaleza del pelo en sí. El uso del exfoliante capilar puede favorecer un entorno más saludable para el crecimiento del cabello y mejorar la eficacia de otros productos, así que, lejos de ser una estrategia de marketing, es un paso valioso".

La Dra. Garnacho añade de los exfoliantes capilares, tanto químicos como físicos o enzimáticos, que "nos ayudan a eliminar estrato córneo y limpiar en profundidad, sobre todo en cueros cabelludos más grasos, cabellos rizados y personas que utilizan gran cantidad de productos como espumas moldeadoras, aceites, lacas y protectores térmicos".

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