En plena pandemia, embarazada de mi segundo retoño y más aburrida que Jorge Javier Vázquez cuando acabó Sálvame, empezaron a aparecerme en redes sociales escabrosas teorías sobre la oscura historia que esconde una de las industrias más potentes del mundo, Hollywood.
Era la época del #MeToo, cuando Rose Mcgowan, estrella de Embrujadas, denunciaba abiertamente haber recibido abusos sexuales por parte de productores tan importantes como Harvey Weinstein o el Alexander Payne, artífice de la premiada película en los Oscar de 2023, Los que se quedan.
Mcgowan aseguró que Weinstein le practicó sexo oral sin su consentimiento en un jacuzzi mientras él se masturbaba. Además, aseguró que fue violada por el director Alexander Payne y que actores como Ben Affleck o Matt Damon lo sabían todo y guardaron silencio.

Hoy, el problema de los abusos sexuales por parte de personalidades poderosas de Hollywood vuelve a la palestra con un espeluznante documental sobre jóvenes promesas del cine y la televisión.
'Quiet on Set': Cuando la pesadilla se hace realidad
Con mascarillas por todas partes, virus mortales y políticos y farmacéuticas llenándose los bolsillos con una crisis sanitaria a nivel mundial, mi móvil empezó a llenarse de casos de abusos a menores, que sin tener nada que ver con el Coronavirus, me hicieron cambiar la visión que tenía sobre el mundo en general y la industria del cine en particular.
Buceando por las redes, pude encontrar un blog que tenía el documental que Hollywood llevaba años silenciando. En el se contaba la historia de varios actores de Nickelodeon -el famoso canal infantil- que habían sufrido abusos sexuales por parte de gente muy, muy infuyente. Y hoy, más de cinco años después, ha salido a la luz, Quiet on set, muy parecido al que comentaba antes que jamás fue estrenado en ninguna plataforma.
Quiet on set, que se estrenó el 17 de marzo en el canal de televisión Investigation Discovery y que está disponible en streaming a través de Max en EE UU, no puede verse en ninguna plataforma española. Pero yo lo vi hace más de tres años y todavía me revuelve el estómago cuando pienso en él.
En él, el actor Drake Bell, al que muchos conocieron en la serie juvenil Drake & Josh, habló por primera vez de su terrorífica historia. Recordamos que, anteriormente, Bell había formado parte del elenco de El show de Amanda, otra serie de Nickelodeon que fue protagonizada por Amanda Bynes, otra de las presuntas víctimas del productor Dan Schneider.

Pero vamos por partes. En aquellos años, Drake Bell conoció a Brian Peck, delincuente sexual convicto, exactor, director y productor estadounidense.
"¿Por qué no piensas en lo peor que alguien puede hacerle a otra persona como un abuso sexual? Eso responderá a tus preguntas. No sé cómo describirlo, no fue un caso aislado", explica Bell en el documental, asegurando que Peck le sometió a los más crueles abusos sexuales cuando solo era un adolescente.

Peck trabajaba como entrenador de diálogo y rápidamente entabló una relación muy estrecha con Bell. El muchacho pensó que todo era fruto de la casualidad y de los muchos intereses comunes que les unían, pero su padre, Joe Bell, no tardó en sospechar al ver que pasaban demasiado tiempo juntos.
Meterse con el adolescente en el vestuario, realizar tocamientos inapropiados y acompañarle a todas partes encendieron la alarma del joven actor, quien habló con el resto del equipo del comportamiento del productor. Pero la respuesta que obtuvo por parte de otra conocida productora no fue la esperada: "Ella me dijo: 'No sé si lo sabes, pero Brian es gay. Puede que seas homófobo y no entiendas que es un hombre sensible y propenso al contacto'".
Bell aceptó esta teoría como cierta y continuó con su trabajo en Nickelodeon quitándole hierro al asunto, a pesar de que jamás lo vio normal. Pero, en el caso de Bell, las cosas empeoraron y el actor acabó metido en una espiral de abusos y autodestrucción provocada por las mentiras de Peck.
Un manipulador de manual
Brian Peck convenció a Bell de que su padre y entonces manager, quería aprovecharse de él y quedarse con todo su dinero. "Tuve que creerle por los años que llevaba en el negocio, debía saber más que nosotros", comenta Bell en el documental, afirmando que perdió el contacto con su propio padre por culpa de Peck.
Los abusos no tardaron en aparecer, especialmente porque Bell solía quedarse a dormir en casa de Peck. "Un día estaba durmiendo en el sofá y me desperté. Abrí mis ojos y ahí estaba él, abusando sexualmente de mí. Me congelé y me quedé completamente en shock, no tenía ni idea de qué hacer o cómo reaccionar. Tampoco sabía cómo salir de esa situación", explicó el actor, que en ese momento tenía 15 años.

"Y entonces empeoró más, y más, y más. Estaba atrapado. No tenía forma de salir. El abuso se extendió mucho y llegó a ser brutal", confiesa el actor, que ya tiene 37 años, en el documental, asegurando que esta historia de abuso sexual y poder solo terminó cuando conoció a su novia.
La madre de su chica comenzó a sospechar y animó a Bell a denunciarle. El actor se lo contó todo a su madre y a la policía, iniciándose así la investigación policial contra Peck. "Tuve que ser muy detallado sobre todo lo que me hizo y contárselo a dos extraños. Lo peor fue cuando me pidieron que llamara a Brian para conseguir que confesase lo que había hecho", relata el intérprete.
La triste historia de Amanda Bynes
La metamorfosis de la estrella infantil, que pasó de dulce adolescente a adulta con serios problemas mentales, también ha sido objeto de investigación desde que conocí la pequeña punta del iceberg de abusos, pedofilia y chantajes que inundan Holywood.
Bynes comenzó su carrera como actriz con 10 años y rápidamente obtuvo su propio programa en Nickelodeon. Pronto pasó de ser una estrella admirada por los niños a convertirse en una herramienta de propaganda y sexualización. Algo que ya ocurrió con rostros conocidos como Britney Spears o Lindsay Lohan.
A raíz del estreno del documental Quiet on set, han empezado a difundirse extraños vídeos a través de las redes en los que se puede ver a otro famoso productor, Dean Schneider, mostrando comportamientos que quedan muy lejos de lo que puede considerarse "normal" entre una adolescente y un adulto.
Disturbing footage resurfaces of child abuser Dan Schneider in a hot tub with 16-year-old Amanda Bynes on the set of “The Amanda Show” following the release of the explosive Nickelodeon exposé docu-series “Quiet on Set” that released last night pic.twitter.com/07EHMITiDC
— HOT SPOT (@HotSpotHotSpot) March 18, 2024
Es cuanto menos curioso que, Schneider fuese acusado en el pasado de presuntos abusos a menores, entre otras rarezas, como su obsesión fetichista por los pies. Y es más curioso aun cuando vemos que el logo de Nickelodeon fue, precisamente, un enorme pie.

También sorprende descubrir que, tras su paso por las series más exitosas de la cadena, Amanda Bynes acabó internada en centros psiquiátricos en varias ocasiones, la última en 2023. La intérprete de películas como Hairspray o Ella es el chico ingresó el verano pasado en un nuevo centro de tratamiento intensivo de salud mental en el Condado de Orange. Fue la propia Bynes, quien reveló hace varios años que sufría trastorno bipolar y maníaco depresivo y que, incluso había llegado a plantearse la idea del suicidio.
Amanda reconoció que comenzó a fumar marihuana con 16 años y más tarde probó la cocaína, el éxtasis y el MDMA, pero según ella, ninguna de estas drogas le causó una adicción. Sus verdaderos problemas comenzaron con las anfetaminas, porque según ella, las pastillas tenían fama de ayudar a las mujeres a bajar de peso.

"Cuando estaba rodando Pase Libre (2011), recuerdo que estaba en la caravana y masticaba las pastillas de Adderall. Recuerdo masticar un montón de ellas y estar literalmente atolondrada y no ser capaz de concentrarme en mis líneas o memorizarlas. Recuerdo ver mi imagen en la pantalla y, literalmente, tropezarme y pensar que mi brazo se veía tan gordo porque estaba en primer plano o lo que fuera y recuerdo salir corriendo del set y pensar: Dios mío, qué mala pinta tengo", dijo Bynes en una entrevista.
Y siguiendo con las casualidades, que nunca lo son, en 2013,
Bynes quedó bajo la custodia legal de sus padres, quienes se encargaba de medicarla para controlar sus arranques psicóticos. ¡Anda! Igual que Britney Spears.
La estrella de Nickelodeon se libró de la tutela en 2022, cuando un juez consideró que era capaz de tomar las riendas de su vida. La pregunta que el mundo debe hacerse ahora es: ¿Qué pasó aquellos años? ¿Qué tipo de atrocidades vivió Amanda para terminar saltando de psiquiátrico en psiquiátrico? Y lo más importante, ¿por qué Dan Schneider se metía en jacuzzis con niñas y les pedía que le hiciesen "masajes"?
Dan Schneider rompe su silencio
Dan Schneider y Brian Peck son los dos exproductores de Nickelodeon que están siendo señalados de abuso infantil. En el documento Quiet on set, el también exactor Bryan Hearne, recordó las espeluznantes anécdotas a las que fue sometido tanto él como sus compañeros.
"Dan tenía una relación mejor con los niños blancos. No me sentí cercano a él en absoluto. Mi tiempo en Nickelodeon jugó un papel importante en cómo lidié y sigo lidiando con los problemas raciales", explicaba Hearne, conocido por su participación en la serie All That.
Tras el estreno del documental, Schneider ha decidido "dar la cara", disculpándose con un vídeo que mucha gente ha criticado por la naturalidad con la que habla del tema. "Las últimas dos noches fueron muy difíciles. Yo enfrentándome a mis comportamientos pasados, algunos de los cuales son vergonzosos y de los que me arrepiento. Definitivamente le debo a algunas personas una disculpa. Cuando vi el documental, pude ver el dolor en los ojos de algunas personas y me hizo sentir muy arrepentido. Desearía poder volver, especialmente a esos primeros años de mi carrera, y aportar el crecimiento y la experiencia que tengo ahora y simplemente hacer un mejor trabajo", dice el exproductor, que más tarde ha recibido el apoyo de su representante.

"Todo lo que sucedió en los programas que dirigió Dan fue cuidadosamente examinado por docenas de adultos involucrados y aprobado por la cadena. Si hubiera un problema real con las escenas en las que algunas personas, ahora años después, están ‘sexualizando’, serían eliminadas, pero no es así, todavía se transmiten constantemente en todo el mundo y las disfrutan tanto los niños como los padres", ha dicho su representante. Pero, no nos engañemos... Si no tienen nada que ocultar, ¿por qué han pasado años intentando que el documental que precedió a Quiet on set no llegue a ninguna plataforma?